martes, 17 de mayo de 2011

Secretos rusos

Hasta el año 1993 multitud de investigadores rusos se habían hecho eco de un insistente rumor: la Base Militar de Kasputin Yar era el epicentro de una serie de sucesos estrechamente relacionados con el tema OVNI. El último de los informes desclasificados hace pocos meses alude a la posibilidad de que en estas instalaciones secretas se encuentren fuertemente custodiados algunos platillos voladores, recuperados por el ejército en territorio ruso desde finales de la II Guerra Mundial.

Kasputin Yar, con un tamaño similar al de Luxemburgo, está situada en la región de Astracán, a 100 kilómetros de Volvogrado, la ciudad más próxima. Funciona como un polígono de lanzamiento de misiles, donde se realizan pruebas con unidades militares especializadas en la recogida de objetos espaciales. La actividad de la base comenzó en 1946, cuando llegaron decenas dc científicos nazis.

Este polígono espacial es el tercero en importancia, después de los de Baikonur y Plasetsk. Este último cuenta con una pequeña ciudad paralela a la base, cuyo principal objetivo es la construcción y manipulación de armamento atómico.

Un interesante documento de la KGB, fechado el 28 de julio de 1989, describe el avistamiento de un OVNI que sobrevoló insistentemente esta base a baja altura. El objeto emitía una potente luz fluorescente cuyos intensos destellos iluminaban toda la zona. Hasta tal punto llegó la alarma de los mandos militares del polígono que, tras observarlo durante varias noches, decidieron enviar una patrulla de reconocimiento. Un soldado ruso, apellidado Tischaiev, observó el objeto a unos 6 metros del suelo. Al parecer, este no fue el único avistamiento OVNI ocurrido en Plasetsk.

Los UFO crash soviéticos
Según un amplio informe publicado por la revista italiana UFO, en el verano de 1999, un equipo de la redacción se entrevistó con un informante que les facilitó dos mapas, en los que se muestra el presunto contenido de los hangares más importantes de la base de Kasputin Yar y les explicó detalladamente lo que ocultaban estas construcciones.

Alrededor de los hangares se puede observar un gran helipuerto y diversas instalaciones construidas para el alojamiento del personal militar. Según el informante, en el edificio más amplio, de unos 74 m de largo, habría 5 ovnis fuertemente custodiados por miembros del ejército. El primero de ellos tiene un diámetro de 9 m y fue recuperado en septiembre de 1961, en Ghirghisgia, muy cerca de la frontera con China. Otro fue recogido en Afganistán en noviembre de 1988. El tercero, un enorme disco de 12 metros de diámetro, procede de la región de Prokhladny, situada en el Cáucaso. Casi en la misma entrada del hangar habría un enorme OVNI con la típica forma de cigarro puro, con una longitud de 35 m y una altura de 6 m. Fue encontrado en la región de Astracán, al norte del Mar Caspio, muy cerca de la base secreta de Ashuluk, a finales de los años 60. Por último, al fondo del gran hangar, descansa el objeto más extraño de todos; tiene una forma parecida a la de un delfín, con una gran aleta en su parte superior. Al parecer, fue recuperado en 1987 en el norte de Rusia, siendo enviado después a la base naval de Severodinsk.

Pero las sorpresas no acaban aquí. En un hangar adyacente de menor tamaño se habría almacenado gran cantidad de trozos provenientes, supuestamente, de otros accidentes. Entre todos, destaca un fragmento con forma de pez manta, recuperado en 1978 en la región de Kazajstán. Según el ufólogo ucraniano Antón Anfalov, parte de esos materiales corresponden en realidad a un famoso estrellamiento OVNI que tuvo lugar en Likhano, en la región de Sverdlovsky. Para Anfalov, las imágenes emitidas hace unos meses por la televisión norteamericana TNT, que ponían en duda la veracidad del incidente, forman parte de un montaje para desprestigiar el caso. Los testimonios recogidos por este investigador en la zona permiten deducir que se trataba de un objeto discoidal de unos 26 m de diámetro y 15 toneladas.

El fragmento mayor de un OVNI del que los especialistas rusos tengan conocimiento procede del impacto registrado el 18 de agosto de 1960, también en la región de Kazajstán. De color plateado y 6 m de largo, fue trasladado a la base militar de Kasputin Yar. Altas personalidades de la ex URSS, como Nikita Kruschev, primer ministro en esos años, su secretario de defensa, Melianovsky y un grupo de expertos que se ocupaba de la investigación espacial, pudieron observar este fragmento, supuestamente parte de una nave extraterrestre.

En cuanto al posible hallazgo de humanoides en el interior de los OVNIs accidentados, las autoridades rusas guardan el más absoluto de los secretos. Sin embargo, algunos datos han podido llegar a los archivos de los ufólogos. En el citado caso de Sverdlovsky, Anfalov afirma que se recuperaron los cuerpos de dos seres de baja estatura. Posteriormente, fueron trasladados al Instituto de Problemas Médicos de Moscú, donde el doctor Lebedinski, especialista en medicina militar, realizó las autopsias.

Otro ser extraterrestre, según Anfalov, fue rescatado vivo en Gdynia (Polonia), en 1959. El humanoide llevaba un brazalete y, cuando el cirujano se lo retiró, falleció instantáneamente.
Los estudios revelaron que el brazalete podía ser un dispositivo que mantenía estables las constantes vitales del ser.

En el transcurso de la autopsia, los médicos se llevaron varias sorpresas, como por ejemplo que la disposición de los órganos internos del humanoide era distinta a la de un ser humano y su aparato circulatorio tenía forma de espiral.

Militares y científicos
Los enviados de la revista UFO mantuvieron una reunión con altos mandos militares del ejército ruso, entre los que se encontraban el general Rescetnikov y el agente de la FSB (actual servicio secreto), Vladimir Zurkin. Ambos confirmaron la credibilidad de las informaciones sobre estrellamientos de ovnis en territorio ruso, que pudieron ser recuperados en algunos casos. Por otro lado, el general Alekseev, que perteneció a un grupo militar de investigación del fenómeno, sostiene que «la aeronáutica militar rusa comenzó a tomarse muy en serio el problema OVNI debido al elevado número de casos inexplicables». Por esta razón, entre 1983 y 1986, un nutrido grupo de científicos llegó a la conclusión de que algunas civilizaciones extraterrestres visitaban asiduamente la Tierra.

El general Alekseev conoció un interesante caso a finales de los 80, cuando dos militares que se encontraban en su apartamento, situado en la famosa «Ciudad de las Estrellas» de Baikonur, un importante complejo científico-aeroespacial diseñado y construido en la época soviética, observaron a través de las ventanas una intensa fuente luminosa en el exterior del edificio. Uno de ellos salió y pudo ver cómo aquella luz se le acercaba velozmente. Se trataba del clásico platillo volante, en cuyo interior se encontraban tres seres que parecían llevar unos trajes plateados. Los humanoides comenzaron a enviar órdenes telepáticas al militar, con la intención de obligarle a entrar en la nave, algo que finalmente no ocurrió.

Para Anatoli Akimov, director del Instituto Internacional de Física Teórica y Aplicada de Moscú, «la existencia de civilizaciones extraterrestres es un hecho obvio. Akimov afirma que conoce el caso de un estrellamiento OVNI ocurrido cerca de la ciudad de Tallin, en Estonia. Sin embargo, desde 1992 el gobierno ruso ha abandonado en gran medida la investigación OVNI, por motivos económicos. Pero, aunque actualmente no poseen un laboratorio exclusivamente dedicado a la ufología, los investigadores disponen de varios departamentos que se encargan de diversas materias relacionadas con los ovnis. Según Akimov, los análisis de los materiales recuperados se hacen en Kiev y una organización de San Petersburgo se encarga de estudiar el sistema de propulsión y la fuente de energía que utilizan estas naves extraterrestres. Esta última institución depende directamente de un complejo militar ruso al cual ni siquiera Akimov tiene acceso.

El General Alekseev asegura que «la importancia del fenómeno OVNI para la humanidad es trascendental. «Nuestra civilización —nos explica— fue creada biológicamente en un pasado remoto. Esos seres están más evolucionados que nosotros y están aquí para mejorar nuestra especie, ya que su conducta demuestra que sienten un fuerte respeto a la vida. No representan ninguna amenaza para nosotros».
«Lotos», el consorcio secreto
Alekseev sabe de casos en los que militares dispararon contra objetos no identificados. El ufólogo Anfalov sostiene que, en 1976, cerca del polígono de Sareshagan, unidades de la Defensa Antiaérea, bajo las órdenes del comandante Grushin, lanzaron una serie de mísiles tierra-aire, modelo S-75, con la intención de abatir un objeto que llevaba tiempo sobrevolando las instalaciones militares. La orden de disparar podría haber venido de un oscuro grupo de poder, dentro del estamento soviético. Esta organización semiclandestina habría empezado a operar en 1977, año en que tuvo lugar el famoso caso de Petrozavodsk, un avistamiento multitudinario de un enorme OVNI que emitía intensos haces luminosos. Inmediatamente, Yuri Andropov, entonces director de la KGB, ordenó la formación de un grupo militar de investigación. Sin embargo, por encima de este grupo operaba otra organización gubernamental, cuyo nombre en clave era Lotos.

Las funciones de «Lotos» son todavía desconocidas para los investigadores rusos, pero quizá las palabras de Alekseev resuelvan en parte el enigma:
- «Nuestro objetivo es preparar a las masas para la aceptación de la realidad extraterrestre. A pesar de ello, sabemos que esta revelación provocará un shock en la mayor parte de la población», asegura este general.
Si esto es cierto, el gobierno ruso, al igual que otros, estaría esperando el momento adecuado para mostrar las pruebas definitivas sobre la naturaleza extraterrestre del fenómeno OVNI.

En este contexto, también es posible que el velo que se ha levantado tímidamente sobre ciertos ovnis que podrían ser aeronaves secretas de algunos estados, sea una estrategia orientada a mantener en secreto ante la opinión pública la evidencia de que la Tierra es visitada por civilizaciones avanzadas provenientes de otros planetas. Difícilmente, el poder político de las grandes potencias podría admitirlo antes de tener la absoluta seguridad de que los objetivos de estos alienígenas no cuestionan el orden mundial establecido en la Tierra.

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