
Usando el chantaje contra el Vaticano por los conocimientos obtenidos por esos descubrimientos, los Caballeros Templarios pronto se elevaron hasta convertirse en la fuerza más poderosa en toda Europa al grado de representar una amenaza para el "orden establecido" de las monarquías en el poder en ese entonces causando que el Papa Clemente V, bajo la extrema presión del Rey Felipe IV de Francia, emitiera un edicto que disolvía, oficialmente, su Orden en 1.307.
Lo que nunca supieron las monarquías Europeas, no obstante, fue que en 1.308, el Papa Clemente V había publicado un edicto llamado "El Pergamino de Chinon" (fechado Agosto 17-29, 1308, Documento del Vaticano: Archivo Arcis Amarium D 218) que absolvía en secreto al último Gran Maestre Jacques de Molay y al resto del liderazgo de los Caballeros Templarios de las acusaciones que se les levantó la Inquisición Medieval.
Los Caballeros Templarios sobrevivientes pudieron huir a Escocia donde se reorganizaron bajo el nombre de "Las Órdenes Religiosas, Militares y Masonas Unidas del Temple y de San Juan de Jerusalén, Palestina, Rodas y Malta" o simple y sencillamente: Los Francmasones.
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